
El cielo estaba lívido, de un color indefinido, ya que el sol no se decidía si salir o no, y las nubes, algunas grises y otras mas blancas, decidieron, de un día para otro, controlar el cielo, tapando el precioso sol. Aunque ningún rayo de sol podía atravesar aquella nubosidad espesa, el aire era cálido, capaz de calentar un rostro frío, pero inepto para evaporar charco alguno. Viento: moderado, aunque, de vez en cuando, algunas mínimas ráfagas azotaban las copas de los árboles, llevándose con ella algunas hojas, secas, verdes, daba igual.
Desde una ventana analicé el día lo mejor que pude, con los escasos datos que tenía, sacando también conclusiones sobre si llovería o no en horas. Esperaba que no, aunque los datos no me acompañaban con eso.
Más allá de los árboles que tapaban gran parte de mi vista por la ventana, vi una pareja, un muchacho de cara pálida, hablándole a una mujer con lágrimas en sus mejillas. Él la abrazaba, consolándola, supongo. Le decía algo al oído, palabras de consuelo, quizás, palabras de aliento. Vi como a la mujer no le importaba nada de aquello, nada de sus palabras sin sentido. Se separó de él bruscamente y, dando un giro dándole la espalda, esa frágil espalda, echó a correr, agitando su cabello contra la brisa y el viento leve.
No era de mi incumbencia, y se que muchas cosas podrían haber pasado allí afuera, pero, ¿Qué mas daba?, abrir una cápsula con posibilidades en alguna parte indefinida de mi mente fue inevitable. De todas aquellas opciones, una más trágica que la otra, escogí, por carne propia, una que podría haber perjudicado tanto al hombre de cara pálida como a la mujer de los pelos al viento. Algo tan abstracto, complicado y hermoso. Relación terminada, y no me animaba a imaginar la palabra amor, era demasiado fuerte y no estaba seguro si aquello hubiera correspondido a aquella pareja que quién sabe quienes eran.
El mundo de las relaciones terminadas que luego vislumbré fue algo de lo que ahora me arrepiento. Hermoso es cuando las risas, alegrías, felicidades y seguridades reinan sobre la pareja, y me pregunté si alguno, el hombre o la corredora, se hubiera preguntado cuándo terminaría aquella relación, cuánto duraría. Y pensar, estando con una persona, cuánto tiempo queda para reírse, no es bueno. Ideal sería disfrutar al máximo cada momento, cada minuto, cada instante. La pregunta que aquella pareja tendría que haberse hecho fue: Todos los momentos juntos vividos... ¿Valieron la pena hasta este momento, hasta este momento donde sufrimos, hasta este momento donde nos consideramos una relación terminada? Diría que si, pero soy de los que piensan que cualquier momento vivido valió la pena, suprimiendo aquellas torturas o secuestros de dignidad que algunos sufrieron.
Escalofriante, si, pero la pregunta preliminar tendría que ser, ¿Para qué voy a enamorarme, si, al fin y al cabo, voy a terminar sufriendo, como aquella pareja? Por eso me imaginé otro mundo, mucho mas terrorífico que el universo de las relaciones terminadas. Este mundo es diferente, es un mundo donde los hombres tienen miedo a sufrir, y se alejan de la fuente de aquel sufrimiento: las mujeres. Un mundo donde los hombres intentan crear una barrera entre las mujeres; pero, al final, ese muro es tan inútil, tan frágil, como si aquella muralla fuera de pétalos de rosa, o de simples plumas. Pero, a pesar de lo angosto que sea aquel muro, no lo traspasan. Es un mundo donde nadie se anima a nada, donde los hombres no se animan a gozar lo mas hermoso de la vida, ni las mujeres se animan a traspasar aquel conjunto de pétalos. Es el mundo donde los hombres no aman a las mujeres.
Intenté crear otro mundo más pavoroso y espantoso, pero no pude, aquel se ganaba el premio al mundo con menos sentido, y con más razones para que desaparezca, es por eso que tenemos que tratar, entre todos los habitantes de aquí, en no convertir el planeta tierra en un mundo así, tan imperfecto, tan ridículo.
Ahora si me arrepiento de algo más, me arrepiento de que El mundo donde los hombres no aman a las mujeres haya ocupado un lugar en mi cerebro, y juro solemnemente que no fue intencional, y que nunca, nunca más, imaginaría algo así.
Sinceramente, me encantó!
ResponderEliminarMe parece que ya te dije unas mil veces qe me gusta lo qe escribiiisss pedriiin, haste el momento éste es el mejoooor (Y pero vos seguiiii jjaja :)
ResponderEliminarMaajo
aai mas tierno sos choripan, es re lindo ver a alguien que cree en las relaciones, últimamente nadie se anima a enamorarse prefieren hacer cualquiera, y no se dan cuenta que el amor es lo que mueve al mundo.
ResponderEliminarsol
que capooooo me encantan tus finales
ResponderEliminarmatutex